domingo, 21 de abril de 2013

Encuentro de emociones...

La familia Notre Dame presente en el lanzamiento literario
Medio centenar de amigos participaron en el esperado lanzamiento del libro "El Maule que ruge al pasar..." del autor Luis Fueyo Ladrón de Guevara, ex alumno y capitán de la generación de 1976. El evento se efectuó, el pasado 2 de julio, en el colegio Notre Dame.


Pedro Smith, Martín Valenzuela, Luis Fueyo y Germán Aburto



El ensayo literario fue presentado por Germán Aburto Spitzer, ex rector y autor de la mágica canción "El sueño del rancho", y por Pedro Smith Shuster, ex alumno que compartió alegres veladas del rancho maulino. 



Ambos destacaron la importancia de esta obra, comentando algunas anécdotas, historias y andanzas, resaltando la esencia y el espíritu de Roberto Polain Cartier.




Dedicatorias del autor













El autor, en tanto, destacó sus experiencias vividas en aquella zona de Talca. Contó, en un relato emotivo, el perfil humano, el legado y la tremenda humanidad del sacerdote belga fundador del Notre Dame.



Polain siempre presente











Vimos a:
Expositores


Carlos Gaete y Martín Valenzuela
Ruben Gamboa, Luis Fueyo y Mario Baeza
Pablo Fueyo, Ivonne Strange y Pedro Smith

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Alumnos y ex alumnos en el evento

Tía Ivonne, Esteban Gómez, Pamela Pareja
Los padres presentes

Yanina Musso y Lara Valderrama
Germán Aburto y Ricardo Castillo
Jaime Vicente y Luis Fueyo
El autor, Cecilia Elizondo y Rodrigo Barros


Roberto, Luis y Laureano Fueyo

viernes, 19 de abril de 2013

El Libro que publico...



Los jóvenes actuales del Notre Dame, principalmente del mundo scout, cantan alegremente aún la canción del Rancho del Maule, sin imaginarse todo lo que allí se vivió en décadas pretéritas.

Hoy me animo a escribir esa historia para que las nuevas generaciones descubran la sencilla vida que llevábamos durante los veranos en ese lugar.

Se conectarán, en parte, con esa aventura ya escrita por algunos. Espero que sirva a las nuevas descendencias comprender el porqué de ciertas tradiciones.

Pues aquí, a través de estas líneas, podrán descubrir un trozo de esa novela que escribió un hombre extraordinario y un grupo de muchachos que tuvimos la oportunidad única y divina de compartir.

La Historia de aquel lugar...


El Maule fue durante varios años el lugar de descanso del Padre Polain. Espacio de reflexión. De escritura formadora. De sueños. Lugar de pesca de sus adoradas truchas.
Son pocos los  alumnos, en veinticinco años,  que tuvieron la oportunidad de compartir ese, su espacio personal. Por lo tanto, acudir a él no solo era un privilegio, sino también una ocasión. La oportunidad de vivir en naturaleza y conocer su inmensa humanidad.



Vivíamos del sol y de ese viento que arrastraba un intenso aroma de pino insigne, boldo y quillay. Del ruido lejano del torrentoso caudal maulino y el suave bajar del Estero Teatinos junto a la cabaña. De la caza de liebres enormes. De la pesca de truchas fario y saltadoras arco iris. Del juego de la chiflota nocturna. De un cielo claro de luna donde colgaban las estrellas y planetas. De la buena lectura. De una conversación enriquecedora y amena. De la luz de una lámpara mientras  escribía junto a su puro Tiparillo -Educar para la Libertad-.






Todo en aquel tiempo, en el refugio del Maule, tenía símbolos que por largos años marcaron la pauta con señales muy exclusivas. El Padre Polain, con esa característica de soñador y trovador que lo distinguía, se encargó ritualmente, de acuerdo a la tradición, colocar la cualidad o "tótem" a los lugares del rincón maulino.



Primero, el acampar junto al río, del cual no fui testigo, en la década del 50. Luego, otros compartieron una cabaña en medio del bosque, en los sesenta.

En los años 70 tuve la posibilidad de vivir la experiencia de esa casa encantada. De ella solo quedan algunas fotos propias y principalmente las de mi hermano Laureano. Únicas gráficas cómplices de esos momentos y de aquellos tiempos. El escaso material visual que existe son precisamente aquellas imágenes, en blanco y negro, capturadas por mi familia. 

Sin embargo, quise extraer, transcribir y relatar aquellas anécdotas y códigos reservados para unos pocos. Cada rincón compartido tenía el sabor mágico que logró construir durante innúmeras temporadas estivales, en el fundo La Esperanza, el Padre Roberto Polain.

Imágenes del Maule...




Su intenso color azul turquesa impresionaba. La hermosura y majestuosidad de su claro caudal regaba Talca, Linares y Parral. Siempre con ese murmullo intenso y permanente acompañaba los días que permanecíamos en aquel lugar. 






Vadeábamos sus brazos de aguas frías hasta más arriba de las rodillas. Trepando y bajando por sus orillas de rocas y piedras, lo caminábamos alegres tardes enteras.







Su canto nocturno sin cesar era interminablemente nuestro amigo musical. Compañero inseparable, lo corríamos sin parar desde la ribera. 










Con los abriles la historia maulina se convirtió en un mito y alcanzó estatus de leyenda.